RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA EN LOS NIÑOS Y LACTANTES
La RCP Básica en el niño, al igual que en el adulto, comprende un conjunto de maniobras que permiten identificar una PCR y realizar la sustitución de las funciones respiratoria y circulatoria,sin ningún equipamiento específico, hasta que el niño pueda recibir un tratamiento más cualificado por medio de la RCP Avanzada
Las edades que se consideran para la realización del Soporte Vital Básico son las siguientes:
– Lactantes.
Son los menores de 1 año.
– Niños.
Edad comprendida entre 1 año y la pubertad.
– Adultos.
Cuando el niño comienza la pubertad, a los efectos de la RCP, se le considera como un adulto.
El análisis diferencial de la RCP pediátrica se basa en lo siguiente:
– Las causas que originan las PCR son diferentes a las del adulto,como referimos en la introducción.
– Existen variaciones anatómicas y fisiológicas entre el niño y el adulto, y entre las diferentes edades pediátricas (niños y lactantes).
– La aplicación de algunas técnicas tiene ciertas diferencias con respecto al adulto.
– Lactantes.
Son los menores de 1 año.
– Niños.
Edad comprendida entre 1 año y la pubertad.
– Adultos.
Cuando el niño comienza la pubertad, a los efectos de la RCP, se le considera como un adulto.
El análisis diferencial de la RCP pediátrica se basa en lo siguiente:
– Las causas que originan las PCR son diferentes a las del adulto,como referimos en la introducción.
– Existen variaciones anatómicas y fisiológicas entre el niño y el adulto, y entre las diferentes edades pediátricas (niños y lactantes).
– La aplicación de algunas técnicas tiene ciertas diferencias con respecto al adulto.
ANÁLISIS DE SITUACIÓN.DETECCIÓN DE LA PÉRDIDA DE CONCIENCIA. PETICIÓN DE AYUDA
En primer lugar, se debe conseguir la seguridad del reanimador y del niño, evitando ambientes peligrosos.
Comprobar la inconsciencia con estímulos táctiles, como pellizcos o sacudidas suaves si se trata de lactantes o hablándole en voz alta (llamar por su nombre a niños que puedan responder). Si se sospecha una lesión de la columna cervical, evitar los movimientos de la cabeza y del cuello durante la estimulación, sin realizar sacudidas.
– Si el niño responde y no corre peligro:
– Mantener en la misma posición en la que se encontró.
– Vigilar y evaluar periódicamente, solicitando ayuda.
– Si el niño no responde:
– Pedir ayuda.
– Si está inconsciente pero respira colocar en posición de seguridad.
– Las maniobras de RCP se deben comenzar inmediatamente sin perder tiempo, ya que en los lactantes y niños, en muchas ocasiones, si sólo hay una parada respiratoria, lo único que se precisa son maniobras respiratorias, evitándose, si se actúa con rapidez, una eventual parada cardíaca.
Comprobación de la inconsciencia en lactantes
– Si hay un solo reanimador se gritará pidiendo ¡ayuda! a las personas del entorno, y si el niño está en PCR (ver más adelante como se comprueban las paradas respiratoria y cardiaca) se comenzarán inmediatamente las maniobras de RCP
Básica que se proseguirán durante un minuto antes de separarnos del niño para solicitar ayuda al Sistema de Emergencias Médicas .
– Si hay más de un reanimador, se procederá como en el adulto, es decir, tras comprobar que el niño no respira uno de los reanimadores avisará al Servicio de Emergencias mientras que el otro continuará reanimando al niño
SOPORTE RESPIRATORIO (APERTURA DE LA VÍA AÉREA, COMPROBAR SI RESPIRA Y VENTILAR SI NO RESPIRA.
Apertura de la vía aérea:
– En los Niños, la apertura se realiza al igual que en los adultos, por medio de la maniobra frente-mentón, pero la extensión del cuello será variable, siendo tanto menor cuanto más pequeño sea el niño.
- En Lactantes la apertura se realizará con la maniobra frente-mentón, pero no se
extenderá el cuello, debiendo quedar en posición neutra
En el caso de que el niño tenga la“posibilidad de que pueda sufrir una lesión cervical” (por traumatismos, caídas, etc.), el reanimador deberá mantener inmovilizada la columna cervical, colocando la mano firmemente aplicada sobre la frente, evitando de esta forma todo movimiento de la misma (si hay un segundo reanimador, será éste el que se encargará de la inmovilización de la columna cervical); solamente en el caso de que el niño no respire y no podamos
ventilarlo, se acepta que podamos realizar la extensión de la cabeza,pero siempre en el menor grado que posibilite la ventilación, pues siempre hay que tener en cuenta que aquella es prioritaria frente a la hipotética posibilidad de que haya una lesión de la médula espinal.
También se puede utilizar, en casos de sospecha de lesión cervical, la maniobra de
tracción mandibular, para lo cual colocaremos el dedo pulgar tras los incisivos centrales inferiores y el dedo índice en el mentón, traccionando de la mandíbula hacia delante.
Comprobar si el niño o lactante respiran viendo si hay movimientos del tórax y/o abdomen, oyendo los ruidos respiratorios y sintiendo el aire en la cara del reanimador (ver, oír y sentir) durante no mas de 10 segundos
Si el niño respira se coloca en la posición lateral de seguridad, salvo que exista sospecha de lesión de la columna vertebral, sobre todo, la cervical.
Posición de seguridad en el niño: Hay una serie de principios importantes que se deben tener en cuenta en la posición de seguridad:
– Se debe colocar al niño en la posición lo más lateral posible, con la boca en un nivel inferior con respecto al cuerpo.
– La posición debe ser estable.
– Hay que evitar cualquier presión sobre el tórax.
– Debe ser posible girar con facilidad y seguridad hacia la posición de supino.
– Se debe cambiar al niño de lado cada cierto tiempo (por ej. cada 30 minutos ) para evitar lesiones de decúbito.
– Las maniobras para cambiar a los niños a la posición de seguridad son similares al adulto (ver en el lugar correspondiente).
Posición de seguridad en el lactante: Los lactantes no se colocan en la llamada posición de seguridad, sino boca arriba y con la cabeza hacia el lado, siempre que respiren bien en esta posición.
Se puede conseguir una posición estable poniéndole una pequeña almohada o un rollo de tela colocado a lo largo de la espalda evitando de esta manera que el niño
rote hacia la posición prono o supina.
En el caso de que el niño no respire, se iniciará la ventilación boca boca en los niños y boca-boca y nariz en los lactantes (sí el reanimador puede englobar con su boca la boca y la nariz del lactante). Para ello:
– En el niño, se rodea la boca con los labios y se pinza la nariz con los dedos índice y pulgar de la misma mano que se encuentra en la frente; tras asegurar que está bien abierta la vía respiratoria, tomar aire y soplar de forma suave, lenta y mantenida durante 1 a 1,5 segundos, observando cómo asciende el pecho y posteriormente desciende. Dar al principio 5 ventilaciones, llamadas de rescate, y si de ellas al menos 2 son efectivas (se observa que se levanta el tórax) se pasará a
comprobar si existen signos de circulación. No es aconsejable aumentar la frecuencia de la ventilación, ni tampoco insuflar mucho volumen de aire, sólo el
suficiente para elevar el tórax, ya que volúmenes mayores pueden provocar lesiones pulmonares o aumentar la posibilidad de que el paciente expulse el contenido gástrico con el riesgo de aspiración broncopulmonar.
En el lactante, se realiza de la misma forma, salvo que:
– La apertura de la vía aérea es en posición neutra.
– No se pinza la nariz porque se incluye en la boca del reanimador.
– Las ventilaciones son sólo a bocanadas.
– La fuerza y la cantidad del aire que se introduce en los pulmones dependen del peso y de la edad del niño, por lo que se debe observar cómo se mueve el pecho. El reanimador debe sellar bien sus labios en la boca del niño o boca y nariz del lactante para evitar que se fugue aire.
En niños y lactantes, al igual que en el adulto, si el pecho se mueve poco o nada, se confirmará que la apertura de la vía aérea no la estamos haciendo correctamente, modificaremos la extensión del cuello y efectuaremos otras 5 insuflaciones. Si no conseguimos que ventile y sospecháremos que existe una obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño, realizaremos las maniobras para desobstruirlo, según se expone más adelante en el tema de la obstrucción de la vía aérea.
El número de respiraciones será de 12 a 20 por minuto (más número de ventilaciones cuanto más pequeño es el niño).
Si el niño no respira y existe seguridad o sospecha fundada de que hay una obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño, realizaremos la desobstrucción de aquélla.
Comprobar la inconsciencia con estímulos táctiles, como pellizcos o sacudidas suaves si se trata de lactantes o hablándole en voz alta (llamar por su nombre a niños que puedan responder). Si se sospecha una lesión de la columna cervical, evitar los movimientos de la cabeza y del cuello durante la estimulación, sin realizar sacudidas.
– Si el niño responde y no corre peligro:
– Mantener en la misma posición en la que se encontró.
– Vigilar y evaluar periódicamente, solicitando ayuda.
– Si el niño no responde:
– Pedir ayuda.
– Si está inconsciente pero respira colocar en posición de seguridad.
– Las maniobras de RCP se deben comenzar inmediatamente sin perder tiempo, ya que en los lactantes y niños, en muchas ocasiones, si sólo hay una parada respiratoria, lo único que se precisa son maniobras respiratorias, evitándose, si se actúa con rapidez, una eventual parada cardíaca.
– Si hay un solo reanimador se gritará pidiendo ¡ayuda! a las personas del entorno, y si el niño está en PCR (ver más adelante como se comprueban las paradas respiratoria y cardiaca) se comenzarán inmediatamente las maniobras de RCP
Básica que se proseguirán durante un minuto antes de separarnos del niño para solicitar ayuda al Sistema de Emergencias Médicas .
– Si hay más de un reanimador, se procederá como en el adulto, es decir, tras comprobar que el niño no respira uno de los reanimadores avisará al Servicio de Emergencias mientras que el otro continuará reanimando al niño
SOPORTE RESPIRATORIO (APERTURA DE LA VÍA AÉREA, COMPROBAR SI RESPIRA Y VENTILAR SI NO RESPIRA.
Apertura de la vía aérea:– En los Niños, la apertura se realiza al igual que en los adultos, por medio de la maniobra frente-mentón, pero la extensión del cuello será variable, siendo tanto menor cuanto más pequeño sea el niño.
- En Lactantes la apertura se realizará con la maniobra frente-mentón, pero no se
extenderá el cuello, debiendo quedar en posición neutra
En el caso de que el niño tenga la“posibilidad de que pueda sufrir una lesión cervical” (por traumatismos, caídas, etc.), el reanimador deberá mantener inmovilizada la columna cervical, colocando la mano firmemente aplicada sobre la frente, evitando de esta forma todo movimiento de la misma (si hay un segundo reanimador, será éste el que se encargará de la inmovilización de la columna cervical); solamente en el caso de que el niño no respire y no podamos
ventilarlo, se acepta que podamos realizar la extensión de la cabeza,pero siempre en el menor grado que posibilite la ventilación, pues siempre hay que tener en cuenta que aquella es prioritaria frente a la hipotética posibilidad de que haya una lesión de la médula espinal.
También se puede utilizar, en casos de sospecha de lesión cervical, la maniobra de
tracción mandibular, para lo cual colocaremos el dedo pulgar tras los incisivos centrales inferiores y el dedo índice en el mentón, traccionando de la mandíbula hacia delante.
Comprobar si el niño o lactante respiran viendo si hay movimientos del tórax y/o abdomen, oyendo los ruidos respiratorios y sintiendo el aire en la cara del reanimador (ver, oír y sentir) durante no mas de 10 segundos
Posición de seguridad en el niño: Hay una serie de principios importantes que se deben tener en cuenta en la posición de seguridad:
– Se debe colocar al niño en la posición lo más lateral posible, con la boca en un nivel inferior con respecto al cuerpo.
– La posición debe ser estable.
– Hay que evitar cualquier presión sobre el tórax.
– Debe ser posible girar con facilidad y seguridad hacia la posición de supino.
– Se debe cambiar al niño de lado cada cierto tiempo (por ej. cada 30 minutos ) para evitar lesiones de decúbito.
– Las maniobras para cambiar a los niños a la posición de seguridad son similares al adulto (ver en el lugar correspondiente).
Posición de seguridad en el lactante: Los lactantes no se colocan en la llamada posición de seguridad, sino boca arriba y con la cabeza hacia el lado, siempre que respiren bien en esta posición.
Se puede conseguir una posición estable poniéndole una pequeña almohada o un rollo de tela colocado a lo largo de la espalda evitando de esta manera que el niño
rote hacia la posición prono o supina.
En el caso de que el niño no respire, se iniciará la ventilación boca boca en los niños y boca-boca y nariz en los lactantes (sí el reanimador puede englobar con su boca la boca y la nariz del lactante). Para ello:
– En el niño, se rodea la boca con los labios y se pinza la nariz con los dedos índice y pulgar de la misma mano que se encuentra en la frente; tras asegurar que está bien abierta la vía respiratoria, tomar aire y soplar de forma suave, lenta y mantenida durante 1 a 1,5 segundos, observando cómo asciende el pecho y posteriormente desciende. Dar al principio 5 ventilaciones, llamadas de rescate, y si de ellas al menos 2 son efectivas (se observa que se levanta el tórax) se pasará a
comprobar si existen signos de circulación. No es aconsejable aumentar la frecuencia de la ventilación, ni tampoco insuflar mucho volumen de aire, sólo el
suficiente para elevar el tórax, ya que volúmenes mayores pueden provocar lesiones pulmonares o aumentar la posibilidad de que el paciente expulse el contenido gástrico con el riesgo de aspiración broncopulmonar.
En el lactante, se realiza de la misma forma, salvo que:
– La apertura de la vía aérea es en posición neutra.
– No se pinza la nariz porque se incluye en la boca del reanimador.
– Las ventilaciones son sólo a bocanadas.
– La fuerza y la cantidad del aire que se introduce en los pulmones dependen del peso y de la edad del niño, por lo que se debe observar cómo se mueve el pecho. El reanimador debe sellar bien sus labios en la boca del niño o boca y nariz del lactante para evitar que se fugue aire.
En niños y lactantes, al igual que en el adulto, si el pecho se mueve poco o nada, se confirmará que la apertura de la vía aérea no la estamos haciendo correctamente, modificaremos la extensión del cuello y efectuaremos otras 5 insuflaciones. Si no conseguimos que ventile y sospecháremos que existe una obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño, realizaremos las maniobras para desobstruirlo, según se expone más adelante en el tema de la obstrucción de la vía aérea.
El número de respiraciones será de 12 a 20 por minuto (más número de ventilaciones cuanto más pequeño es el niño).
Si el niño no respira y existe seguridad o sospecha fundada de que hay una obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño, realizaremos la desobstrucción de aquélla.
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